miércoles, 5 de mayo de 2010

LAS TONTERÍAS QUE SE LLEGAN A VER EN ESTE MUNDO...

Pues sí, pues sí... Os cuento.

Hace una semana más o menos, una noticia 'revolucionó' el mundo blogero-gastronómico. Uno de los cocineros revelación del año, finalista de los certámenes de cocinero revelación y cocinero del año, de la noche a la mañana se veía en la calle. ¿Cómo? Sí, yo también me hice esa pregunta.

Y la respuesta no pudo ser más surrealista. Os pongo en antecedentes. Este cocinero oficiaba en un hotel rural perdido en los montes de Navarra, un hotel bastante llamativo (aunque no busquéis su web, porque es una castaña pilonga...), pero que realmente no es ampliamente conocido entre turistas. Su ubicación la verdad es que le dificulta las cosas. Y de repente, contratan a un joven cocinero con una gran proyección, supongo que para liderar un proyecto gastronómico de alto nivel. Pues bien, el chico cumple y empieza a recibir elogios por aquí, por allá, obtiene diversos premios en certámenes gastronómicos, llega a las finales antes comentadas (de las cuales la de cocinero revelación debería haber sido suya, en mi opinión)... Vamos, toda una promoción para él Y PARA EL HOTEL.

Pues no, parece que no. Que al gerente del hotel no le ha gustado que el responsable del restaurante se lleve tantos elogios y valoraciones, generándose envidias y, por lo que dicen, la sensación de que el cocinero le estaba quitando nombre al propio hotel... ?????????? Y la solución... largar a este chaval a la p... calle. Bueno, para los que les interese el bienestar de este cocinero, que estén tranquilos. No ha tardado ni una semana en encontrar otro sitio digno de su nivel, aunque se ha tenido que desplazar 'un poquito' (de Navarra a Barcelona).

La cuestión es... ¿no estamos en crisis? ¿No debemos aprovechar cualquier opción que se nos presente para afianzar nuestro negocio? Pregunta que respondería hasta el más novato estudiante de Empresariales. Esto, por un lado. Y por otro, la tan conocida y cacareada situación del turismo rural en España, de que salen hoteles y casas rurales como setas pero muy pocos tienen elementos diferenciadores que hagan más interesante su visita. Pues... este hotel lo tenía. Tenía a uno de los mejores cocineros del año en sus filas, y muy probablemente haya recibido una importante clientela debido a esto, y no sólo en el restaurante, sino también en las habitaciones. De hecho, yo ya estaba considerando hacer una visita a ese nuevo templo gastronómico y, por la ubicación del mismo, la única alternativa para dormir era alojarnos en el propio hotel. Pues que sepan que han perdido un cliente del restaurante y del hotel... Y como yo, otros tantos. Y no está el patio para ir 'tirando clientes por el camino'.

Moraleja: Si estamos en una situación que los expertos dicen que sólo superarán aquellos que logren diferenciarse de la competencia, lo suyo es que analices detenidamente si dispones de elementos diferenciadores. Y si los tienes... ¡¡POTÉNCIALOS!! No los tires a la basura. Y mucho menos de esta manera, porque se han autogenerado una notoriedad absolutamente negativa en foros tan visitados como Facebook o Twitter, donde algunos de los principales comunicadores gastronómicos y hosteleros ya les han puesto el cruz y raya.

En fin... éste es otro ejemplo más de lo mal que se hacen las cosas en este país, donde aspectos personales son capaces de ensombrecer todo un proyecto de negocio, y no son controlados por nadie. Porque este hombre es el gerente... Entonces... ¿dónde están los propietarios? ¿No hay nadie que haya podido parar esta tontería? Bueno, a lo mejor tampoco querían... ¿Quién sabe? El mayor problema de los descerebrados es que no hay sólo uno, y muchas veces se juntan para hacer más fuerza.

Pues nada. Otro capítulo más del curso "Aprenda Ud. lo que NO debe hacer si El Sueño de Yaiza llega a hacerse algún día realidad", capítulo que puede aplicarse todo el que quiera que su negocio prospere y salga vivo de esta maldita crisis.

2 comentarios:

  1. Totalmente de acuerdo contigo: Sergio Bastar es un cocinero muy joven y seguramente para él esto no será más que una anécdota. Pero el tema de las envidias entre propietarios y cocineros no es nuevo, es algo que ocurre más a menudo de lo que creemos. También se da en hostelería mucho el propietario que nada sabe del sector y se mueve con presupuestos más novelescos que realistas. Y viceversa. Pero cuando la relación entre propietario y cocinero es buena, el negocio es fascinante para ambos y muy enriquecedor.
    Te deseo que cumplas tus sueños, creo que Madrid adolece de tener poca oferta como la que te has planteado.
    Yo tuve la suerte de trabajar con un empresario aragonés en el Pirineo al cual le estaré siempre agradecida de cómo confió y potenció el trabajo que hicimos (hace ya unos cuantos años), cierto es que llevaba la hostelería en la sangre y eso siempre ayuda.
    Por cierto, si vas a tener restaurante en El sueño de Yaiza, te recomiendo que un cocinero de tu confianza trabaje con el arquitecto o diseñador: esto evitará muchos problemas a la hora del servicio (sin ánimo de entrometerme) Ah: y no sirve como consultor el comercial de la maquinaria... que en una cocina hacen falta medios, por supuesto, pero un cocinero sabe lo que necesita para arrancar y lo que puede dejarse para una inversión posterior, por ejemplo. En fin, esto es apasionante ¿verdad? Un saludo Ignacio, que fuimos compañeros en el taller de Dani el pasado fin de semana en Apunto

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  2. Ay, ay, ay... Qué despiste, Carmen. Me habría gustado presentarnos convenientemente. Pero bueno, seguro que hay más oportunidades.
    Muchas gracias por tu comentario, y tomo nota del consejo, aunque... ya lo tenía en mente. Sí que queremos tener restaurante, y trasladar a él lo que estamos haciendo en Sueños de Cocina. Pero la verdad es que si el proyecto sale, acabaremos contando con un buen cocinero, y él será el que decida el camino a seguir en el restaurante. Si le puedo ayudar con mis 'inventos', genial. Y si quiere desarrollar él sus propias creaciones, pues genial también. La cuestión es que el restaurante funcione, los clientes disfruten y el jefe de cocina esté a gusto con su trabajo.

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